El Instituto Federal Electoral de México,
IFE, organizó, el domingo 6 de mayo, el primero de dos debates--- televisado a
nivel nacional---, con los cuatro candidatos a la Presidencia de este país:
Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional, PRI; Josefina
Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional, PAN (en el gobierno), Andrés Manuel
López Obrador, de la coalición de izquierda: Partido de la Revolución
Democrática, PRD, y de los Trabajadores, PT, y Gabriel Cuadri, del Partido
Nueva Alianza, conocido aquí como el “partido de los maestros”, y como El
Panal, que fue organizado y auspiciado por personajes del magisterio afines a
la discutida lideresa, Elva Esther Gordillo, del mayor sindicato de
trabajadores en México, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación,
SNTE. La colocación de los candidatos en este breve artículo corresponde al
lugar que ocupan en las encuestas y no muestran interés político alguno u otras
preferencias de quien escribe.
Constreñidos a un escript, poco funcional,
en el que cada uno de ellos expondría conforme a un cuestionario diseñado por
el IFE, dos horas y media ------que duró la presentación---, no fueron
suficientes para que la señora Vázquez Mota y los tres hombres, expusieran
siquiera lo más sustantivo de sus proyectos y en cambio sí permitió (que este
esfuerzo útil en las nuevas democracias), se convirtiera en una especie de chow
walk, en que la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota y el candidato del
PRD-PT, López Obrador, acosaran al puntero en las encuestas, Peña Nieto, con
diversos señalamientos como el de haber sido funcionario del gobierno del ex
gobernador del Estado de México, Enrique Montiel, tío de Peña Nieto acusado en
Estados Unidos de enriquecimiento ilícito. En el período siguiente, Peña Nieto,
fue gobernador del Estado de México, hasta confirmar su candidatura presidencial.
Este fue uno de los señalamientos más
contundentes formulados contra Peña Nieto, que vino a ser la mayor estocada de
López Obrador, sin que Peña Nieto, pudiera defenderse. Pero, López Obrador, lo
dejo ir vivo… no insistió en la contundencia de su señalamiento que se
circunscribió a formular las denuncias que le han ganado simpatía en distintos
sectores, como su juicio sobre el poder cupular de agrupamientos políticos y el
enorme poder de los monopolios de la televisión en México, sin que supiera
aprovecha el tiempo para abordar temas que le consiguieran más simpatía en una
clase media que lo rechaza.
La señora Vásquez Mota, con suficientes
méritos profesionales (ha sido secretaria de Desarrollo Social y Secretaria de
Educación; autora de dos libros: dueña una oratoria fluida que parece enredada
ahora, en medio de una gruesa consejería profesional que la ha perdido), pudo
salir mejor librada de la confrontación, pero se ocupó se formular
señalamientos a Peña Nieto, queriendo demostrarle que no cumplió sus compromisos
como gobernador del Estado de México. Éste, pudo hacer algunos dribles y se
defendió con alguna habilidad (no lo es lo suyo el florilegio de la
improvisación ni el recurso oratorio; por el contrario, está señalado como el
“chico telepronter”, porque todos sus anuncios y buena parte de lo que dice en
la Tv., es mediante ese recurso).
Cuadri, el candidato de Nueva Alianza, es,
ha sido maestro; fundamentó su discurso en aparecer como un ciudadano común en
medio de políticos “que no hacen otra cosa que atacarse entre ellos” y sin
duda, obtuvo puntos a favor ---es un académico ---, como resultado de que aprovechó mejor los tiempos
concedidos en ese espacio, pero pesa en su contra la gigantesca sombra de la
lideresa del Magisterio en México, Gordillo, cuestionada con argumentos serios
y contundentes, por un manejo arbitrario del sindicalismo magisterial y de sus
recursos financieros. Finalmente, la
mayor atención la atrajo ---por morbo--- la hermosa esbeltez de la edecán,
Julia Orayén, ex chica de Play Boy, cuyas sugestivas redondeces absorbieron
lúdicamente la atención no solamente de los miles de tele espectadores de ese
evento sino de los propios candidatos, el más evidente, Cuadri, que confesó en
la prensa haberse visto “turbado” por la insinuante presencia inevitable, de la
joven mujer que vistió un traje blanco sumamente entallado, de escote
extraordinariamente provocativo.
La discusión ahora, no es tanto el
contenido de las exposiciones de los candidatos a la Presidencia de México, ni
la importancia política, económica y social que pudieran tener para el
necesario desarrollo humano y el progreso general de México, los cuatro
proyectos; ni siquiera es parte de la discusión la habilidad, preparación, el
discurso e inteligencia de los pretendientes a la primera Magistratura del
país, que, evidentemente no tuvieron la necesaria capacidad de abstracción para
sustraer lo sustantivo de sus proyectos, ni la de síntesis, que les hubiera
permitido exponer puntos sustanciales de sus proyectos todos los cuales
quedaron difusos en medio de la discusión política de mera querella y
señalamientos. Ahora es el IFE, el que ha pedido disculpas a las “buenas
conciencias” por haber contratado como edecán a una hermosa chica Playmate, sin
que haya precisado todavía el costo millonario de esa contratación, todo un
lujo en el espectáculo televisivo que, otra vez, no aportó nada para formar
criterios, orientación y opinión en los ciudadanos. Todo ello evidencia que la
mexicana es una sociedad teledirigida que cree en Televisa y el Teletón, en los
programas de chisme fácil de Tv Azteca, una sociedad inconsciente, que no le
queda más que ver telenovelas y programas digeridos, evasivos de la realidad,
en la televisión.